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Persp3ctivas

La vida, un privilegio

La vida, un privilegio

Por fin me decidí a llamar a V. y pedirle perdón por todo lo ocurrido. Creo que al final no era envidia lo que ella sentía, sino que como buena amiga me contaba algo que atormentaba para mi. El ordenador en casa "murió" y ante mi interés por escribir algo me he tenido que venir a un cyber de mi barrio. La incomodidad, no obstante, no impedirá que pueda expresar todos los sentimientos que me ha transmitido V. por teléfono. P tenía razón y es verdad que iban con buenas intenciones, después del comportamiento actual de mi marido creo que ha quedado bastante patente.

Después de charlar con ella por teléfono durante un buen rato hemos quedado de nuevo para reunirnos las tres en el bar de siempre a tomar café. La verdad es que ya echaba de menos nuestros encuentros. Pues bien, hablando con V. me ha contado el problema que tienen en su hospital. Se trata de una mujer que lucha inmovilizada por la vida pero que en el fondo desea morir. Me ha contado horrorizada todo el dolor que sentía la mujer y lo que es peor, su soledad. Yo con sus palabras me he conmovido tanto que no sabía ni qué contestarle. Le he aconsejado que ante la tentativa de la mujer por dejar de vivir que podrían avisar a Mario, el cura del barrio y que hablara con la mujer. Que le infundiera esperanzas, no sé, yo el sentimiento cristiano y mi fe lo llevo muy dentro. Igual que Jesucristo sufrió hasta el final de sus días en la cruz por una muerte digna, pienso que la verdadera muerte se encuentra cuando nuestro Señor te llama a su lado. Sinceramente la versión ante la cuestión de V. me ha hecho repensar algunas cuestiones al respecto pero mi amor por la vida, aunque a veces pueda resultar un auténtico calvario, debe estar por encima de toda dificultad. Me ha recomendado además la película de Amenábar "Mar Adentro". Como P y yo no la hemos visto todavía la sacaremos de un video club (ya que bajar archivos de la red es algo ilegal) y espero la veamos antes de nuestra quedada en el bar para así poder comentar toda esta cuestión.

Además de todo esto me gustaría hacer llegar a las personas que pudieran leer todo esto algunos de las críticas que hemos escrito durante nuestro camino en el club de lectura. Pero por todo esto... paciencia, la faena me sobrevuela vertiginosa mi mente y las cuentas en la empresa no me salen. Debe ser esto lo que algunos llaman como mala racha.

 

Fdo. M.

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